Te comparto 3 rituales energéticos simples, conscientes y potentes. No necesitas hacer grandes cosas ni tener objetos especiales. Solo presencia, intención y un espacio para vos.

Ritual 1: El vaso de agua que limpia lo invisible 

Este ritual es para esos momentos en los que sentís que la energía está densa, que hay pensamientos que no podés ordenar, o que simplemente necesitás soltar sin explicar demasiado. 

Cómo hacerlo:

Tomá un vaso de agua. Sostenelo entre tus manos unos segundos y sentí su peso, su frialdad, su presencia. Decí en voz baja (o mentalmente): “Elijo soltar lo que no necesito. Que esta agua limpie lo que no veo pero sí siento”. Colocá el vaso en un rincón tranquilo de tu casa, donde quede quieto unas horas o toda la noche. Al otro día, tiralo por la rejilla o en la tierra.

Sentí el acto como un cierre.

Este ritual es ideal para: limpiar tu energía sin forzar nada.

Un acto pequeño, pero profundo. 

Ritual 2: Tres preguntas para volver a vos 

A veces lo que necesitamos no es una respuesta, sino una buena pregunta. Este ritual es una forma de conectar con tu verdad, incluso en medio del ruido.

Cómo hacerlo:

Tomá un anotador y escribí estas tres preguntas:

¿Qué estoy sosteniendo que ya no necesito?

¿Qué me haría bien hoy?

¿Qué estoy lista para elegir diferente?

Escribí sin filtros. No importa si es confuso. Lo importante es sacar eso que está girando adentro. Leé lo que escribiste en voz alta. Escuchate. Sentí dónde te resuena. Este ritual es ideal para: traer claridad emocional y tomar decisiones desde vos, no desde el miedo o el apuro.

Ritual 3: Encender algo, para encenderte 

Cuando la energía está baja, prender algo puede ser una forma de recordarte que vos también podés prenderte. Este ritual es un gesto simbólico pero muy poderoso.

Cómo hacerlo:

Elegí un objeto para encender: una vela, un sahumo, un carbón con hierbas.

Antes de prenderlo, cerrá los ojos y repetí: “Me permito encender mi energía. Estoy presente. Estoy disponible”.

Encendelo con intención. Observá el fuego, el humo, el aroma. Quedate unos minutos simplemente sintiendo. Este ritual es ideal para: volver al cuerpo, al presente, y activar la energía cuando sentís que se te apagó el día. 

Conclusión 

Los rituales no tienen que ser complejos ni místicos. Pueden ser simples, cotidianos y profundamente personales. Lo importante no es hacerlos "perfectos", sino hacerlos tuyos. Porque cuando elegís estar presente, incluso en el caos, ya estás transformando tu energía. Y recordá: no estás sola. Si sentís que necesitás una guía o un acompañamiento personalizado, podés reservar una sesión para trabajar juntas en tu limpieza energética y volver a vos.

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